jueves, 17 de junio de 2010

Meteoro

De acuerdo a la lógica que manejé gran parte de mi vida, mi problema principal y por el cuál nunca tengo un novio estable es porque quiero algo maravilloso, algo espectacular, algo que no encuentre en ningún otro lado. Otra teoría es que aplico mucho de mi ya conocida racionalidad y busco pareja en tipos que se parecen a mi. Digo, no físicamente, porque eso si sería bien raro, pero siempre pienso que debemos tener cosas en común, como que nos afane a los dos el Dark Side of the Moon, o que nos guste el mismo libro, por citar algunos ejemplos.
Pero como me lo explica mi mamá y la irracionalidad de la atracción de polos opuestos y sendas teorías que tratan de explicar, el amor como lo conocen algunos, es una casualidad.

Al menos es lo que me gusta pensar, ahora último, que he tratado de despojarme de mis prejuicios sobre lo que yo pensaba que debía ser un novio y por consiguiente, una relación sentimental.

Conocer a alguien que te guste es una casualidad. Podríamos culpar al destino, pero yo no creo que haya un camino trazado para cada uno de nosotros. Imagínense lo limitante que sería la vida de existir ya un camino. Pero regresando la tema, podemos comparar el hecho de conocer a alguien, ese alguien que quiere estar contigo sin más excusas, con el encuentro del Planeta Tierra y la Luna.

Me explico: El otro día vi un documental en el Discovery Channel que trataba justamente de la relación profunda que guarda a luna con la Tierra. Resulta que cuando la tierra recién comenzaba a constituirse, se topó con un enorme meteorito que provenía de la explosión de otros planetas (al parecer esto sucede con naturalidad en el universo, vaya uno a saber), y que al entrar en contacto con su atmósfera entró en gravitación. Al principio, como en todas las relaciones, las cosas empezaron a lo grande. Ese trozo que entró en la órbita del planeta, que vendría a ser nuestra Luna, estaba tan cerca de la superficie que generaba unas olas de kilómetros de alto y una serie de desbarajustes en la Tierra. Luego de un tiempo (entiéndase, millones de años), la Luna comenzó a retroceder y "ajustarse" a la distancia que tiene ahora con relación a la Tierra. Claro está que en el intermedio sucedieron muchas cosas que, al mismo tiempo, contribuyeron para constituir el planeta como lo conocemos hoy y generar la vida.

Así que al escuchar esta explicación, querido lector, usted se podrá dar cuenta que TODO en este universo está basado en una serie de casualidades, situaciones y hechos que no podemos controlar.
Y que el equilibrio es algo que está basado en cosas tan sutiles (como el ángulo que tiene la Tierra, que de moverse una milésima de grado afecta profundamente nuestro clima) que encontrarlo es una cuestión complicadísima.

Si hago una relación entre el cuentro de la Luna y la Tierra con las relaciones sentimentales, puedo pensar que en algún momento voy a encontrarme a mi meteorito y va a generarse, por fin, la vida en mi planeta. O si lo quiero pensar desde otro ángulo, quizá yo soy ese meteorito loco que da vueltas por todos lados y en algún momento me voy a topar con algo grande, algo que va a atraparme en su órbita.

Y si, ese día va a haber un maldito TSUNAMI.

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